Utilizamos la palabra “política” para aludir a una tendencia o línea de actuación asumida por entes particulares, por lo que podemos afirmar que las PSLB se integran dentro de un gran grupo de políticas que se califican como públicas, esto es, un conjunto de acciones desarrollado por una autoridad pública.
Podemos definir política pública, como todo aquello que los gobiernos deciden hacer o no hacer. Las PSLB son políticas públicas porque agrupan conjuntos de decisiones emanadas de los poderes públicos en orden a la consecución de unos determinados objetivos.
La realidad muestra una interrelación entre lo público y lo privado, y no sólo los gobiernos o las autoridades públicas pueden dar lugar al origen o modificación de una política pública, sino que también los sujetos privados, la sociedad, puede obligar a que éstas aparezcan y se desarrollen.
Según el ámbito para el que vaya a adoptarse una concreta política, corresponderá su adopción y puesta en marcha a diversas autoridades públicas (internacionales, nacionales, regionales, o locales),
Pero no debemos confundirnos e interpretar que todas las políticas sociales y todas las laborales, son PSLB, sino que lo son aquellas que simultáneamente pertenecen a ambas categorías. El termino sociolaboral no debe disgregarse en dos partes sin ningún tipo de conexión, sino que, justamente, la materia sociolaboral engloba e integra aquellos puntos de unión entre lo social y lo laboral, al tiempo que desprecia otras parcelas sociales pero no laborales o laborales pero no sociales.
Las PSLB son, por su propia naturaleza, eminentemente heterogéneas al encontrarse fuertemente condicionadas por el tiempo y el espacio en el que se desarrollan. Lo que no impide que entre las diversas PSLB simultaneas existan coincidencias fundamentales, como:
· Modernidad, las políticas públicas, en general, son un fenómeno reciente, ya que no se identifican como tales sino hasta el siglo XIX. Las PSLB son aun más jóvenes, tras la II G.M. mitad del s.XX.
· Temporalidad, no nacen con una finalidad de perpetuar su vigencia en el tiempo, sino todo lo contrario, surgen para ser aplicadas en un época concreta. Las principales razones para esa temporalidad son tres:
· Las circunstancias en las que se deben desarrollar son sumamente dinámicas, lo que obliga a un continuo cambio de medidas si se pretende que las mismas sean plenamente eficaces.
· Su vinculación presupuestaria, ya que la financiación de dichas políticas dependen de los presupuestos públicos que son de carácter anual.
· Si bien cabe que un gobierno asuma un compromiso plurianual para ejecutar una determinada política, difícilmente dichos compromisos pueden ir mas allá de una legislatura, al término de la cual se produce la renovación del gobierno.
· Virtualidad inmediata, las medidas que ella comporta suelen aplicarse de modo directo, existiendo inmediatez entre la toma de decisión y la puesta en practica de la misma.
· Eficacia difícilmente medible, su éxito o su fracaso resulta normalmente discutible, los concretos efectos de su aplicación no son siempre demostrables.
· Concurrencia competencial, son elaboradas por diversos poderes públicos, lo que aumenta notablemente el riesgo de que las políticas resulten discordantes.
· Heterogeneidad, hace referencia a sus contenidos. La variedad de contenidos se aprecia teniendo en cuenta que pueden adoptarse PSLB desde otras clases de políticas publicas.
· Interconexión entre poderes públicos y tejido productivo, quiere decirse que con frecuencia la eficacia de una PSLB depende de que se articule una actividad complementaria, a través de empresas, ONG o asociaciones.
· Sectorialización, cada día se observa una mayor especialización dedicando su atención a colectivos más concretos.
En este trabajo, vamos a centrarnos en desarrollar una PSLB dedicada a Política de empleo, que comprende el conjunto de medidas de los poderes públicos que tienen por objeto el acceso y permanencia en el empleo, así como la protección frente a situaciones de desempleo. El papel central del empleo en las necesidades sociales queda patente si consideramos que a su través pueden verse satisfechas otras necesidades básicas (compra de vivienda, formación de una familia, educación de los hijos, etc.)